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2004-06-03

Living Las Vegas

Cuando el Sr Miguel García se presentó en el hall del Hotel Casino MGM, nunca se imaginaba que dos horas después sería miembro Players Club del MGM, con número de serie 19189689. Solamente los ganadores llevan número de serie, por lo menos en Las Vegas.

Su llegada tardía después de un breve paso por Los Angeles, ciudad de los muertos, en especial después de la 1h00 de la madrugada, 'no disco, no alcool', pasó desapercibida entre sus amigos, ya metidos desde hacía horas en una lucha intensa de recuperar las pérdidas financieras de todo un día. Jordi! Ferran! Héctor! ni ruleta, ni poker, la suerte no les había hecho caso hoy, quizás prefería arrimarse a otro tipo de joven, más talentoso y desaliñado, más virtuoso y más jugador, más sutil, en resumen, más ganador.

2:00 de la madrugada. Primera sentada en una ruleta y el Sr García, pensativo y decidido a solamente gastar 100 US$, por el simple hecho de jugar en Las Vegas, tardó pocos minutos en entender el funcionamiento de este extraño juego. Compitiendo en un número al azar, si la bola catapultada por aquel señor triste y serio llegase a elegir aquel número como pareja de gloria, le tocaría 38 veces más que su importe, Sencillísimo! Porque esperar y hagámonos ricos pensó. Pero ya!
Algunas apuestas de alto presupuesto (5US$) le permitieron entablar conexión con una mesa que pronto sería suya. No nos equivoquemos, aunque se parezca no es lo mismo que con las mujeres, sería demasiado fácil! Aquí hay que poner dinero y decide el azar, con ellas, por mucho dinero que pongas, deciden ellas.

El 15, día de su nacimiento fue el primero de sus números premiados. A partir de ahí fue cuando empezó a ganarse el respeto de sus vecinos, en especial de una pareja de recién novios, que empezaban a dilapidar ya sus primeros ahorros de matrimonio. Mal vamos!
No habían pasado 15 minutos cuando de nuevo, y esta vez con una suma mucho más considerable, (30US$), el Sr García volvió a deleitar a la asamblea de su talento en adivinar los deseos de aquella bolita que rodaba y rodaba...Que juego tan sencillo pensó, y empezó a multiplicar, 10 por cien son mil por 36 son 36000 por 15 son...dejando un buen rato el cuento de la lechera, volvió a mirar al valet como provocándolo a un nuevo reto mientras los hermanos Díaz de Argandoña, testigos presentes de la escena, empezaban a contar las copas de Whisky que tomarían esa noche a cargo de su nuevo amigo famoso el Sr García.
El 21. La rueda siguió dando vueltas cuando de repente la mesa se agitó, eran 100 US$ en el tapete, número 21, y la bola durante un rato quiso provocar los sentimientos del Sr García, rebotando en los números contiguos de la rueda, abdicando ya finalmente, después de 20 segundos interminables ante tal jugador.
A partir de ahí se ganó al Vigilante de la mesa, y más aún a su pareja vecina que veían como ese Sr, tan joven y despreocupado, venía de ganar 4000 US$ en 30 minutos. 'Tranquilos chicos, que esto del millón de dólares no te lo voy a proponer, tu esposa no me gusta’ pensó.

Fiel a su dejadez económica el Sr García prefirió acabar la noche en la discoteca del MGM, acompañado de los Sres Días de Argandoña, para directamente subirse al helicóptero que les llevaría horas después a un plácido y tranquilo viaje a través de las Montañas y del Río Colorado.
Fue, simplemente, una noche en Las Vegas.

Miguel Habana.