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2004-08-10

Las Chicas Mango

Agosto 2004.
Se movía tal un angelito, blanco, puro y blanco, con un estilo que recordaba a su madre, eso decía por lo menos aquel hombre con bigote.
¿Diablo vestido de Angelito? ¿Ó Angelito vestido de Diablo? Esa mezcla prohibida es la que cautiva a los hombres, no Rubén?
El día ya se había levantado con buen humor y había decidido dejar sonreír al sol durante toda la tarde. Los invitados llegaban de todos los parajes para vivir el acontecimiento, Gijón, Oviedo, Luarca e incluso desde la capital de la comarca, Muñas, y en medio del alboroto de los gaiteros, la hermosa novia presentaba una imagen inmejorable. Al igual que pocos años atrás, Mónica, Sandra, similar cuento de hadas! Vuestros maridos pueden sentirse orgullosos!

Cuando irrumpió por la iglesia, la mayoría de las miradas se vieron arrebatadas de sus quehaceres, su vestido puro no permitía adivinar si su "tumbado" era debido a su gracia ya tan célebre ó bien si su felicidad exultante la hacía volar por encima de los demás. Quizás simplemente porque era una chica Mango.
Se dice del mango que tiene varias ventajas para la salud en general y para el corazón en especial.
Se dice también que "para saber si un mango está en su punto debe saborearse: si desprende un aroma penetrante y agradable es signo de que está maduro y si la piel cede al presionarlo ligeramente con los dedos es que está en óptimo estado para ser consumido". Supongo que Rubén lo habrá legitimado a través del beso que selló el precioso evento de la boda.

A título de consejo, Rubén, que sepas que también se dice que "una vez en casa, el mango ha de conservarse en un lugar fresco pero nunca en la nevera porque no soporta ni el frío ni la humedad!" Bueno, no insistiremos...

Acta 2: Chicas Mango: Sueño de una noche de verano.
Tengo lo honrado y lo justo de mi padre, el corazón y el amor de mi madre, el carácter de mi abuela y la fuerza de mis abuelos. Con todo esto estoy preparado para cualquier tipo de situación. Sin embargo esa situación no se parecía en nada a lo que uno podría figurarse.
Ni Massimo Dutti, ni Springfield, ni Zara, ni Pull Bear, ni Women's Secret, ni Adolfo Domínguez, simplemente se trataba de las Chicas Mango.

El alcool ya había corrido sobradamente durante la cena y habían sido varios los que habían indagado acerca de ellas, - hombres siempre curiosos ante una hermosa mujer- intentado acercarse simplemente con el fin de coronarse con una mirada, una sonrisa sería mucho pedir! , y más de uno les había fotografíado alguna que otra instantanea desde su mesa, mientras conversaban, mientras reían, mientras brindaban e incluso mientras felicitaban a su amiga Sandra por la adquisición de aquel hermoso potro de Gijón, Rubén de calificativo oficial.
Arancha y Rebecca, ellas fueron las culpables sin duda alguna de fomentar cualquier mito esa noche sobre las famosas chicas Mango, sobre si bajo ese vestido verde elegante que moldeaba atrevidamente sus encantos corría sangre azul, sobre si se habían criado en la Habana ó en San Juan de Puerto Rico al ver como sus cuerpos se manifestaban al ritmo de la salsa, sobre si ellas también eran ángeles de las tinieblas elegidas para regalar el tiempo de una noche mágica sus sonrisas cautivantes, sonrisas que mezcladas a aquel tan apreciado whisky generaban afluencias de repentinos expertos bailadores, secretamente ansiosos de revolcar, en medio de la pista ,sus cuerpos contra ellas al son de la música, en medio de la multitud de cuerpos entrelazados y mezclados ya desentonados por el cansancio y por las invitaciones clandestinas de nuestro buen amigo Johnny Walker...sobre si aquellas dos hermosas hembras, a las cuales, todo aquel mocerío, cautivado y compasivo, sólo pudo acercarse el tiempo de unas horas, simplemente eran dos apariciones...

No recuerdo si todo eso ocurrió realmente, recuerdo mi copa de Whisky, no sé, quizás simplemente fue el sueño de una noche de verano...
Miguel Habana.